La primera edición del Chill House Festival en La Vila Joiosa (Alicante) nos dejó un sabor agridulce a los asistentes. Por un lado, la cala donde se realizó era un lugar idílico junto a la ambientación de luces, proyecciones y antorchas junto a la orilla, y, por el otro, la escasa participación de público (el precio influyó en exceso, 20 <80> anticipada y 25 <80> en taquilla), el retraso en la apertura y la escasa organización.
La primera edición del Chill House Festival en La Vila Joiosa (Alicante) nos dejó un sabor agridulce a los asistentes. Por un lado, la cala donde se realizó era un lugar idílico junto a la ambientación de luces, proyecciones y antorchas junto a la orilla, y, por el otro, la escasa participación de público (el precio influyó en exceso, 20 <80> anticipada y 25 <80> en taquilla), el retraso en la apertura y la escasa organización.
Personalmente creo que al tratarse de la primera edición del festival, los organizadores (Café del Mar y el Ayuntamiento de La Vila Joiosa) deberían haber tratado de atraer la curiosidad de cuantos más espectadores fuera posible, haciendo interesante la asistencia con unos precios más asequibles. Los asistentes, en su mayoría invitados, formaban parte de la selecta tropa de simpatizantes o amantes de la música chill out, limitando la curiosidad de otros amantes de ritmos distintos que podían haber encontrado en esa noche un motivo más para apreciar el chill out en una de sus mejores esencias: los sonidos y colores jugando con el aire libre, el ruido del mar y la arena fina bajo los pies descalzos. Ya habría tiempo en posteriores ediciones para asegurar, junto con un sequito fiel de seguidores, posibles ingresos de taquilla y no por ello ver mermada la asistencia.
La hora prevista de comienzo era las 22:30 h. Los primeros atrevidos en acercarse encontraron que el acceso a la cala estaba cerrado y el personal de la organización no confirmaba hora concreta de apertura. Esta se produjo hacia las 23:15 h y unas 50 personas empezaron a desfilar hacia la entrada.
En el interior, un puesto con productos del Café del Mar, papel de fumar, tabaco, y colgantes daba la bienvenida a los asistentes que pasaban de largo hacia las casetas donde se compraban bebidas y sandwiches Rodilla. El público seguía acudiendo con cuentagotas.
A las 00:00 h Afö inauguró el festival. Realizaron una performance de percusión, fuego y malabares bastante interesante animando al público, que, sentado en la arena, disfrutaba del espectáculo, al acercarse al escenario para que la actuación no resultara tan distante.
La arena de la cala fue acogiendo a más asistentes según avanzaba la noche. Unas 250 personas bailaban, bebían, fumaban, se sentaban, se tumbaban, etc., cada una sintiendo los sonidos chill out como mejor les parecía.
A las 01:00 h (prevista su actuación para las 23:30 h) dab tomó el escenario de Bol Nou. Realizaron un concierto de ocho temas con canciones de su primer disco como base y estrenando tres temas nuevos de su próximo CD (dab <96> the best 2).
Es increíble ver como llevan al directo la música de estudio, piensas que no es posible y que hay mucho ordenador y programación detrás del disco como para que en directo suene real. A simple vista ves un grupo con un guitarra, un batería, un percusionista, un Dj con samplers/teclados y una voz. Piensas que se van a arrancar con temas rock, pop, folk, etc., (más aún cuando ves al Suizo, el Niño y Pedro Andreu y recuerdas otras formaciones) y sin embargo empiezan a crear sonidos de ambiente con una coordinación tremenda, un ritmo de batería y percusión que te mueve el cuerpo sin darte cuenta, una guitarra española que te seduce y una voz que te atrapa en ese mundo de canciones que te transportan a otros lugares.
Un integrante de Afö compartió escenario con dab durante un tema realizando una performance con bolas de cristal.
Tras la actuación de dab, comenzó la Dj Sessions programada inicialmente para las 00:30 h. Los sonidos chill out se mezclaron con una noche mágica hasta altas horas de la madrugada para disfrute del público asistente.
En definitiva, si tenéis la oportunidad de acudir a un concierto de dab, no lo dudéis ni un instante. Independientemente de comulgar más o menos con el chill out, la experiencia es extraordinaria y podréis comprobar los buenos músicos que forman dab. Dejaros llevar, cerrar los ojos, sentir los ritmos y por un momento evadiros del mundanal ruido. PURAVIDA.
José Luis Kaos